jueves, 21 de febrero de 2013

De Alicia Fernández "Poner en juego el saber"

"Aprender es casi tan lindo como jugar Enseñantes Entre el enseñante y el aprendiente se abre un campo de diferencias donde se sitúa el placer del aprender. Un enseñante es alguien que cree y quiere que el aprendiente aprenda. Ser enseñante significa abrir un espacio objetivo-subjetivo para aprender donde se realizan dos trabajos simultáneos: ❖ construcción de conocimiento ❖ construcción de si mismo El desear y la corporeidad en el aprendizaje La energía deseante es mucho más que el motor del aprender, es el terreno donde se nutre. Lo que es esencial del aprender es que simultáneamente se construye el propio sujeto. El aprendizaje se dramatiza en el cuerpo, a partir de la experiencia de placer por la autoría: ser autor del acto de enseñar y de aprender. ¿Qué entrega el enseñante? Entrega la herramienta adaptada. ¿Cómo entrega el enseñante? No debe depender de su aprendiente o del éxito de su aprendiente para sentirse feliz Lugar de las técnicas La responsabilidad compartida exime la adjudicación de culpas expulsivas o inmovilizantes. La escuela, transformada en el campo de entrenamiento y competición, es productora de neurosis. El lugar del desafío en el aprendizaje. En todo aprendizaje se pone en juego una cuota de temor que no siempre debe adscribirse al miedo al cambio, sino que es su propio encuentro con las responsabilidades que la autoría supone. La culpa (icc) por conocer sólo puede elaborarse y superarse a partir de la responsabilidad. El deseo de conocer supone el contacto con la carencia, la salida de la omnipotencia. Alegría del descubrimiento de la autoría Aprender es a-prender, no-prender. o Una prueba de que el enseñante enseñó es que el aprendiente no continúe necesitándolo. o Para aprender se requiere un quantum de libertad. o La libertad supone responsabilidad, que va de la mano de la autoría. o Los enseñantes para enseñar, necesitan nutrir su propio deseo de aprender."

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